Snoopy 4º sesión

02.04.2014 00:52

A continuación mi cuarta sesión BDSM con Ama Amelia:

Hacemos una siesta, que acaba en mini sesión S&M, con Ama Amelia ordenándome masturbarme, mientras introduce un par de sus afilados dedos por mi culo. Me ordena cerrar los ojos y deja caer la cera líquida de una vela con aroma de almendras sobre mi vientre, provocando que me estremezca. ¡Qué bien huele esta vela! La consigna es no eyacular, sino quedarme en su antesala. Pero soy incapaz de no eyacular, tras una estimulación intensa de glande, pezones y culo. Volvemos a yacer, uno al lado del otro, y vuelvo a presentarle mis dudas y disculpas por mi mala servidumbre, por no ser capaz de ajustarme a sus designios.

Decide ponerse sobre mí y cabalgarme a su ritmo, “usando mi pene como juguete sexual”. Me brinda un amplio repertorio de posturas, a cuál mejor, a cuál más placentera; mi pene amenaza con quebrarse en cualquier momento. Es precisamente esta sensación, esta combinación de placer y dolor llevadas a un mismo límite, a punto de traspasar el umbral, pero sin hacerlo, confundiéndose en el filo, lo que convierte mis sesiones sexuales con Ama Amelia en algo difícil de explicar con palabras, en algo espiritual, místico, extático… y extremadamente adictivo. Entre postura y postura, siempre cabalgándome mi divina amazona pelirroja, decide liberar mi pene por unos breves instantes, para restregar todos sus flujos por mi anhelante cara (al día siguiente, mientras recuerdo y escribo lo acontecido la noche anterior, me doy cuenta de que todavía no me he lavado la cara, y al estirar mi expresión, noto mi cara, más tirante que de costumbre: ¡benditos flujos ama-amelienses!), y obligarme a poner la lengua dura y follar su vagina con energía, mientras mi nariz roza su clítoris. La mezcla de excitación y casi asfixia es brutal. 
Le confieso que consigue dejarme sin palabras, sin vocabulario que agradezca lo que esta criatura está haciendo por mi redención sexual y vital desde el día que la conocí. No me toma en serio.