Marc 19 Mayo 2013

06.12.2013 01:32

Experiencia con Marc
Después de haber trabajado en la casa de Aragón, me localizó este chico con el que ya había tenido un servicio de media hora en la casa.
Me hizo gracia su llamada, ya que por lo que me contó, me había estado buscando esas tres últimas semanas. Me acordaba de él, suelo acordarme del tono de voz, así que cuando concertamos la cita la verdad que estaba muy contenta. A todas nos gusta saber lo bien que se lo pasan los clientes con nosotras y sobre todo para que mentir, que nos piropeen y nos digan cosas bonitas nos alegra el día.
Así que quedé con él a las 20h de ese mismo día.
La primera impresión cuenta mucho, no sólo para los clientes sino también para nosotras. Yo tengo una costumbre, que es mi amuleto de la suerte y es abrir siempre la puerta con una gran sonrisa. Y sé por la reacción de cada persona si le gusto más o menos dependiendo de la sonrisa o mirada nada más verme abrir la puerta. Se podría decir que es la prueba del algodón.
¿Sabéis lo que más me gusta de él? Su amplia sonrisa al verme.
Un chico de treinta y un años, moreno de pelo corto, uno setenta de alto, rasgos faciales finos con una barba de dos o tres días, ojos marrones. Vestido con una sudadera marrón, vaqueros y deportivas blancas que le daban ese aire más juvenil.
En la entrada me dio dos besos y luego un piquito. Siempre con una sonrisa en la cara, y yo con lo risueña que soy al estar tan a gusto con alguien pues tampoco podía parar de sonreir.
Pasamos a la habitación. Donde después de abonar el importe del servicio de una hora, le serví un refresco. Y empezamos con el baile.
Le empecé a besar en los labios, en la garganta… y él me correspondía con la misma dulzura. Entre besos y sobeteos, nos fuimos quitando la ropa, despacio, sin prisa. Resulta más fácil cuando la gente se deja llevar y vés que realmente disfrutan, ahí es cuando yo desconecto de forma automática y soy yo misma. Me gusta que me besen y me mimen, cuando conecto con las personas sonrio y dejo de actuar por decirlo de alguna forma.
Así que después de unos diez minutos por la habitación, una ducha erótica juntos. Aunque la verdad que el chico venia recién duchado y olía muy bien, a colonia de marca cara. Bajo el agua seguimos con los besos, me gusta mucho como besa! Besitos suaves, con lengua, con pasión, mordisquitos…
Una vez medio secos, lo acomodé lentamente en la cama, sin parar de reírnos los dos. Me puse encima de él y mientras le mordisqueaba el cuello, frotaba mi sexo contra el suyo. Tengo mucha facilidad para excitarme rápido, eso significa que me mojo enseguida porque realmente estoy disfrutando y no necesito ningún tipo de lubricación vaginal. Así que empecé a mojar su miembro que ya estaba en vela más que alta con mi flujo. Y como soy así de mala y cabronceta empecé a bajar lentamente dándole besos por el pecho, el costado, hasta llegar a su pene.
Mientrás le miraba y le sonreía, empecé a darle cortos lametazos en la punta, y poco a poco me lo iba introduciendo en la boca, ensalivándolo cada vez me la metía más adentro hasta convertirlo en garganta profunda y me tocará el fondo de mi boca. Es muy fácil saber si estoy haciendo lo que más le gusta, ya que noto los tirones y latigazos que da el pene, y nunc amejor dicho, porque lo tengo dentro de mi boca y a una distancia de mis ojos bastante… cerca… JAJA
Cada dos por tres él levantaba la cabeza para mirar, pero volvía a recostarse tirando la cabeza para atrás, y a mi me gustaba ver como disfrutaba, asi que le hacía caritas y miraditas.
Después de un buen rato arriba y abajo, derecha, izquierda, centro y para dentro… me volví a subir encima de él, frotándome contra su miembro, besándole en la boca y mordisqueándole el cuello y la yugular, le puse el condón y cavalgué un poco viendo cómo se lo estaba pasando él, que me acariciaba con las manos los pechos, la cintura y me cogía las manos con fuerza.
Después un poco de misionero y se acabó corriendo dentro de mi con la postura del perrito. Mien0tras ál se recuperaba encima de mi culo, yo me iba moviendo juguetona con él, estando en la misma postura. Luego nos tumbamos en la cama unos minutos hablando y riendo, duchita juntos, con manoseo y más besos.