Abogado 03 Julio 2013

06.12.2013 01:46

Vuelvo a colgar la experiencia con mi querido abogado...

"Buenas noches, para no cambiar el horario de escribir de noche, ahi os dejo mi experiencia.

Pues yo solo he tenido una relación afectiva con un cliente, aunque bueno, llevo relativamente poco tiempo en comparación con algunos de aquí.

Yo empecé en este mundillo por las fiestas privadas que una compañera y muy querida amiga me invitaba o me colaba de vez en cuando. Ahí conocí al que actualmente es mi abogado.

La historia empieza encontrandonos en contadas fiestas. En lo primero que me fije fue en la mirada. Yo siempre me he fijado en la gente con ojos azules o verdes, pero lo que me llamo la atención fue su mirada. Abierta, decidida y observando mi reación. Eso me gusto. Un hombre jóven, de unos treinta y dos o treinta y cinco años, castaño, ojos marrones, finas facciones faciales, barba de uno o dos días… Vestía un traje gris, camisa blanca y corbata oscura con una aguja de una marca. Me dio la impresión que era abogado. Y acerté. Estuvimos, hablando y conversando, siempre muy amistosamente y jugando pícaramente... La chica que me llevaba a todas esas fiestas ya había estado con él (servicio o entrevista como decís aquí), así que empecé a tener curiosidad.

Y la curiosidad mató al gato. Solo hacía de chica de compañia, yo no tenía sexo con ninguno. Chica florero. Pero cada vez que lo veía no podía evitar alegrarme y él venía hacia mí directamente. La atracción era mutua. Despúes de la cuarta fiesta, se puso tan pesado en llevarme a casa y la cabrona de mi amiga me dejó literalmente a su merced dejándome sola... En fin, es muy largo el principio.

Él me pedía servicios de compañia para ir a cenar, mantener una conversación en restaurantes caros, tomar copas en sitios de lujo... La típica chica mona que va al lado de un hombre con pasta (y en mi caso estaba bueno y encima me gustaba). Yo cobraba y me lo pasaba bien, como me gusta su juego, una persona con carácter, que sepa provocarte y seguir el juego... No son todos los que consiguen hacerme sentir tan VIVA, además, sentimentalmente los dos habíamos posado por lo mismo, o más o menos algo parecido con la relación anterior, así que podíamos entender el dolor que sentíamos.

En la sexta cita, cena en su casa. En ningún momento él se intento propasar, siempre en su línea, y eso es lo que más me gustaba a mí, ese juego de palabras de provocarnos pero no hacer nada... Ni os imagináis lo mojada que acababa cada vez... Si ya de por sí lubrico bien imaginaros durante cuatro o seis horas como debía ir... tenía mi truco para que no se notará, ya que en casi todas las ocasiones llebaba vestido corto... Y esa noche no iba a ser diferente... Preparó sushi, una botella de un buen vino blanco bien fresco y otra de Moet, mi dinero dentro de un sobre nada más empezar, como siempre.
La velada fue mágnifica. Al despedirnos estubimos a punto de besarnos, y no sé si era por el alcohol que me deshinibe o que ya estaba tan cachonda y borracha, que tampoco me aparte y nuetras miradas se cruzaron y no se separaron. Así que él literalmente me cerró la puerta del taxi. Jarrazo de agua fría...

Miéntras iba en Taxi me envio un mensaje "Eres una persona tan adicctiva que me haces perder completamente el autocontrol que tengo. Te hubiese besado y no hubiera sido lo único que en estos momentos tengo ganas de hacerte. Dulces sueños mi niña" A lo que yo como no, siguiendo el juego le contesté "Sinceramente deseaba que lo hubieras hecho y si no fuera porque me has cerrado la puerta lo hubiera hecho hecho yo, no sabes las ganas que tengo de sentirte cerca de mi".
Le pedí al taxi que me dejará en la plaza España, con el mareo que llevaba y lo que se me estaba pasasndo por la cabeza necesitaba caminar. Ahí fue cuando me dí cuenta que estaba empezando a sentir algo más que amistad.
Me llamó y me vino a buscar en coche, fuimos a su casa. No hicimos ni dijimos nada en todo el camino. Me imagino que él debía estar sopesando los pros y contras y yo me sentía... expectante y con cuatro copas de más...

No os explicaré como son las relaciones sexuales con él, pero su intensidad y dulzura a la vez son mi perdición, para mi, casi deciros que el mejor amante que he tenido. Estuvimos de relación así unos meses, sin ser novios, solo amantes... Comidas, cenas, paseos por la playa, fiestas, sexo mucho sexo... Él sabía mis dos trabajos, además, fue el que me dijo que me quedaba mejor Aina como nombre "artístico".

buuuuff vaya testamento que me ha salido. JAJAJA"